miércoles, 20 de octubre de 2010

El último adiós de El Internado

Hace una escasa semanita se emitió el último capítulo de la serie de Antena 3 El Internado, tres siete temporadas de emisión. Podría (y me hubiera gustado) hacer una entrada sobre ese final y una reflexión de toda la serie, que he seguido desde el principio, pero desafortunadamente no tuve tiempo. Este lunes acudí a la Gran Despedida a los cines Capitol, así que aprovecho para hacer una entrada sobre ello y quitarme un poco la espinita clavada.



Pues bien, como fan que soy de la serie me dio por concursar en la web de antena 3 para ver si tenía suerte y conseguía un par de entradas, y ¡voilá!, el primer día fueron mías. La suerte y yo no nos llevamos bien, así que para una vez que gano algo pues me hizo ilusión, ¡para qué negarlo! En un principio esas entradas eran para acudir al evento y poder ver el estreno del último capítulo en el cine el lunes 18 (a la vez que el estreno en televisión). Pero antena 3 empezó a tocar la moral con su contraprogramación, para variar, y pasó el capítulo final al miércoles 13 para hundir a Tierra de lobos. Así que el evento quedaba en suspenso. Al final el maravilloso estreno del último capítulo se convirtió en lo que os voy a contar ahora.


Parece ser que los de antena 3 de organizar un evento saben bien poco. Acudieron casi 1700 personas, y ellos pensaron que estaría bien abrir una hora y media antes las taquillas para que TODOS los afortunados recogiésemos las entradas. Obviamente se formó una cola impresionante, que cuando yo llegué daba la vuelta a la esquina. Bueno, el sorteo de merchandising y estancias en Port Aventura que supuestamente hacían en realidad fue en la puerta del cine, y podían participar los cuatro que estuviesen justo al lado de la tarima. Tras dos horas de pie esperando y haciendo cola (no me quiero imaginar lo que esperaron las niñas que llevaban todo el día ahí...), por fin entramos. Yo tuve la fortuna, o no, según se mire, de estar en la sala 1, a la que iban los actores. Pero como ya os he explicado antes mi relación con la suerte, me dieron una entrada para el mirador, en el cuarto o quinto piso (me cansé de contar escalones) y a metros y metros de todo. De ahí que las fotos del post no sean mías, que desde arriba poca calidad tienen. Que cuando entraron los actores si te inclinabas los veías (a los peques casi ni eso). Los de las salas 2 y 3, mucho más pequeñas, miraban todo esto en las pantallas los pobres. Al menos algunos actores se pasaron después por esas salas, y pudieron verles (mucho más cerca que yo, claro). Y nada, cuatro palabritas, gracias a todos (destaco a Iñaki Font, que fue muy majo) y se fueron. Nos dejaron con los 25 mejores momentos según no sé quién, pero eso es otra cosa aparte.

Total, que me tiré todo el día fuera de mi casa y de pie para ver a los actores de lejos decir cuatro chorradas y ver fragmentos de la serie que podría haber visto yo en casa (eso sí, en mi casa no tengo los gritos de las niñas cada vez que salía Yon González en pantalla, porque el chaval ni fue).

En resumen: pésima organización, poco contenido (porque los fans ni pudieron hacerse fotos con los actores ni conseguir autógrafos ni nada) y el adiós definitivo. Se recordará el último beso de María y Fermín, nada más. Un poco pobre como colofón a una serie que ha discurrido bastante bien por las pantallas y que personalmente, ha tenido un final digno, mejorable, pero digno.


Nota: Imágenes propiedad de antena3.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario